Por qué autoconstrucción y por qué con fardos de paja

Uno de los principales fines de la Red de Construcción con Paja es promover la autoconstrucción con este material, particularmente porque las alpacas se prestan mucho a ello por la rapidez y facilidad de su ensamblaje (hasta cierto punto claro). Además es un material muy sostenible, dado que es básicamente un desecho con muy poco gasto energéticopara su creación y, por consiguiente, fácil de sostener por el planeta. La unión de estos dos términos (autoconstrucción y sostenibilidad) llevan a unos particulares criterios de construcción, actitud y sensibilidad los cuales permiten realizar la construcción de una casa sana y ecológica desde todos los puntos de vista, sin olvidar que puede resultar fácilmente muy económica.

 

En el primer encuentro de la red la primera charla tenía precisamente el mismo nombre de este capítulo y, la verdad, salió algo muy bonito: un sin fin de “porqués”. Hubiera estado bien haberlos grabado, pero lástima que no se hizo. No obstante, voy a apelar a mi memoria por si me acuerdo de los puntos más importantes.

  • Como ya he mencionado, siendo la paja un material tan fácil de manejar, insta a lanzarse en el mundo de la autoconstrucción. Me acuerdo que hace unos años, nunca se me hubiera pasado por la cabeza poder hacer una casita con mis propias manos y fue sólo gracias a que me di cuenta de que era como el juego de “Lego” de cuando yo era pequeño, poniendo una ficha encima de la otra y haciendo mis casitas, que me lancé a hacer la primera. Claro, muy pronto, me di cuenta de que tenía sus pequeñas complicaciones, pero documentándome sobre  los principios básicos de bioconstrucción y con un poco de sentido común, además de asesorarme con personas más expertas, resolví las dudas más básicas y me lancé. Aconsejo no hacerlo sin esta fase previa de aprendizaje (cursos, talleres, libros…), además de empezar con algo pequeño sin muchas pretensiones (una casita para niñ@s,  un refugio para animales, un almacén…) para evitar daños mayores. Además, teniendo que informarse sobre criterios básicos de bioconstrucción uno se entera de un montón de cosas importantes para la realización de su propia casa, por ejemplo, la orientación: es sabido que hay que orientarla a sur para aprovechar la energía solar, etc., la ubicación: sabemos que hay líneas energéticas y corrientes subterráneas perjudiciales, etc. 
  • Como también he mencionado ya, por respeto al medio ambiente. Las balas, siendo prácticamente un material reciclado, resultan ser muy sostenibles: son un desecho y fácilmente se encuentra un agricultor en la zona que te las vende (poca contaminación por transporte). Si el día de mañana hubiera que derribar la construcción, no genera escombros, al ser un material totalmente orgánico la tierra lo vuelve a integrar por completo. No recibe ningún tratamiento adicional además de corte y empaquetadura (quitando lo que pueda haber recibido en fase de cultivo). La dimensión de una bala equivale a un elevado número de ladrillos, por consiguiente, conllevan una reducción del gasto energético y de contaminación. Las balas no sólo son un material reciclado sino que favorecen el reciclaje, porque, por ejemplo, no pediríamos nunca a una empresa que nos monte una ventana o una puerta usada, pero cuando uno se hace su casa, puede utilizar todo tipo de materiales reciclados.
  • Porque haciéndose uno su propia casa tiene más conciencia de sus necesidades reales y se evitan excesos de dimensiones. El esfuerzo que supone construirse una casa de 100 m2, por ejemplo, es tal, que te hace ser más cuidados@ a la hora de añadir habitaciones y metros cuadrados. Si por lo contrario, lo encargas a una empresa constructora, no valoras este aspecto. 
  • Porque uno le pone su propia energía y esto luego de alguna manera se “siente”. Además, el haber construido tu propia casa hace que el mantenimiento sea más fácil y placentero. 
  • Por la economía, porque en la construcción de una casa lo que más cuesta es la mano de obra. Si te la haces tú con ayuda de unos amig@s, por ejemplo, el ahorro es claro.
  • Porque la paja es un material aislante y las balas mucho más por tener 35 cm o medio metro de espesor, según como las coloquemos. Además de la transpirabilidad que tendría el muro, a condición de que el revoco no sea de cemento, claro.

Seguramente cada cual tendrá más “porqués” que añadir a esta lista y está bien que así sea, porque, efectivamente, los fardos de paja tienen una gran versatilidad.

Todas estas razones que he expuesto: medio ambiente, sostenibilidad, ecología, reciclaje… se mantendrian a un nivel bastante “materialista” si no van acompañada de una determinada aptitud. O sea, sería un poco limitado querer ser un autoconstructor por las razones que acabo de mencionar, si por lo menos no hay una abertura del corazón y de la mente. Esto significa, entre otras cosas, saber que en el fondo no somos individuos aislados y que todo está interrelacionado. Partiendo de esta base podríamos dar lugar a cambios significativos (en uno mismo, en las relaciones con los demás y con el planeta). Por lo contrario, sin esta actitud, la autoconstrucción podría quedarse en un logro ficticio, superficial, porque no habría que perder de vista que, en general, cualquier actividad que realicemos para que sea plena debería estar en armonía con el todo.

En definitiva, habría que cambiar la forma clásica de pensar: “Antes hay que arreglar el mundo y luego yo estaré bien”, más bien, el cambio externo se produce como consecuencia de un cambio interno, así el cambio es automático, es una consecuencia directa. Lo que pasa es que normalmente nos volcamos tanto en lo exterior que nos olvidamos de que antes de nada vendría lo interno, o sea, lo esencial en nosotros.

Todo el trabajo que se viene haciendo en los varios ámbitos de bioconstrucción está muy bien, toda esta sensibilidad con el planeta esta muy bien, lo que pasa es quizá tenga un alcance algo limitado si falta el enfoque que acabo de comentar.

Lo expuesto puede parecer algo diferente de los conceptos que se suelen manejar en los ambientes de bioconstrucción, no obstante, creo que merece la pena reflexionar sobre ello.

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